Texto de sala por Guadalupe Creche / PDF ↯

La exposición reúne un conjunto de obras que exploran, desde el lenguaje de la pintura y la escultura, una posible entidad e investidura ligadas a lo que entendemos por Señora. Desde una aproximación que busca subvertir las representaciones tradicionales del imaginario social de este universo, y como una apropiación del sentido sobre este devenir, la muestra es tanto una puesta en acto de esa intención como también la forma material de una investigación sobre el cuerpo de la mujer y la vejez.

¿Qué sentido le damos a los signos visibles del paso del tiempo en nuestra carne? Labourt propicia un clima para pensar sobre ello, habilita desde la sala un espacio en el que dada la peculiar relación entre las piezas y el efecto que generan ellas sobre el propio cuerpo, nos interpela a pensarlo. Rodeadxs de vejeces que aparecen en primer plano, en fragmentos y en detalles, las obras reúnen elementos que provienen de distintos contextos, compuestas tanto por materiales y técnicas tradicionales de las artes visuales como por otros menos usuales, que en su combinación, perturban el orden estético normativo y simbólico.

Sus obras son un híbrido entre pintura, collage y escultura, donde nada parece ser de una sola manera ni tener un único sentido. Es el paso del tiempo lo que se hace visible en las formas, en los colores y en las texturas. En esta muestra y en el recorrido general de su obra, la piel se presenta como una superficie vulnerable cargada de historia y significado. Marcas, manchas, cicatrices y arrugas exponen el constante acontecer de la materia. La piel es portadora de un relato, y como tal, es el órgano desde el que la artista compone su paleta de color. Así, Señora puede pensarse como una puesta en escena del efecto del paso del tiempo que incomoda, interpela y, sobre todo, moviliza una experiencia.